26 septiembre 2007

Inconfesable

No es por la luz de tus ojos,
sino por la intensidad de su mirada.

No es por la suavidad de tus manos,
sino por la provocación de sus dedos.

No es por el sabor de tus labios,
sino por el escalofrío de sus besos.

Quizá miento…
quizá sólo siento el encuentro…

Pero seguiré diciendo que son tos ojos
tus manos,
tus labios,
tu cuerpo…

porque confieso que es pecado lo que pienso.