25 marzo 2009

Experiencia militar


Las personas que me conocen saben que soy pacifista; desde la secundaria tenía un amigo (el Che) que insistía en que fuera a jugar con él Gotcha... nunca lo hice. Por definición voy en contra de la violencia, si no de aquella que puedo ver a través de los medios, al menos sí aquella que puede provenir de mis seres cercanos.
El pasado sábado me animé a ir con unos amigos, es toda una experiencia y, aunque no está ausente de críticas y reflexiones, supongo que volverá a ir, pero con menos miedo.


Honestamente... nunca he disparado un arma, pero ahí me tienes, no sólo disparando un arma (aún no sabía cuánto podía doler un bullet de esos), y no sólo disparaba un arma, sino que lo hacía sobre algún amigo... Durante uno de los primeros enfrentamientos tuve la oportunidad de darle en la cabeza a Yoda, estaba desprevenido y yo muy bien escondido, la suerte hizo que no le diera, pero ahí estaba yo, disparándole en la cabeza a un amigo... Ignoro si esa reflexión pasó por la cabeza de Yoda (Juan Pablo García Yañez) antes de dispararme por sorpresa y balearme por un flanco.

Otra de las cosas que intenté hacer fue ponerme en el papel de un soldado real en trinchera... honestamente, si yo, con el miedo que cargo en mi primera experiencia de gotcha, se que cuando salga me van a balear, pero esas balas, fuera de doler un poco, no me harán mayor daño... qué podría sentir aquel hombre al saber que, siguiendo indicaciones, cumpliendo con su oficio, debe salir de la trinchera para ser baleado y posiblemente muerto. Esta experiencia de gotcha al menos sirve para reflexionar sobre el absurdo de la guerra.

Hice un recuento de daños: si los balazos que recibí ese día hubieran sido reales... para ser honesto no habría muerto, pero si bastante traumado... me dieron un "rozoncito" en la cabeza (nada grave), 3 balas en el brazo izquierdo que podrían implicar una amputación (gracias Yoda), y otro, el más grave quizá, fue un golpe en el pecho (lado derecho) no creo que fuera mortal. Ahora que recuerdo hubo uno más en la careta, pero fue un "rozoncito" again, por lo que deduzco que sólo hubiera terminado más traumado.



Lo admirable es ver a uno de tus amigos con dos metrallas disparando a diestra y siniestra... sin temor al dolor ni a la reflexión... "es mayor el placer de disparar y ver sus caras de miedo que el dolor que siento" - expresó. No se si Oscar es un suicida inepto o un hombre muy valiente.

En fin, las conclusiones de esta extraña (para mí) aventura son:

1. Sí volvería a jugar (pero con menos miedo).
2. No me veo mal con uniforme militar.
3. Las mujeres se ven muy atractivas con uniforme (quizá porque se ven más aguerridas).
4. Es muy catártico (a los 2 tipos que acribillé... bueno, fue sumamente satisfactorio verlos caer).
5. Es mejor jugarlo a que te lo cuenten.

Si no has jugado nunca, no te esperes a estar preparado, nunca lo vas a estar y no te vas a divertir.

1 comentario:

La sobrina molestable dijo...

JAJAJAJAJAJA!!!!! yo nunca he idooo me da miedo T_T