Poema
El inevitable fin de las cosas
Dónde van las sombras por la noche
y los sueños fantásticos que interpreta mi razón,
dónde van las luces que no duermen
y el miedo que me envuelve y atormenta el corazón.
Dónde van las nubes con el viento,
y el Sol que en ellas se oculta de la vista,
dónde van las rosas marchitas
y la Luna plateada en soledad del día infinita.
Dónde van todos los sentimientos
y los sufrimientos que tenemos por vivir,
dónde van las lágrimas malditas
y los gritos que nunca se llegan a oír.
Dónde van las almas cuando mueren
y los cuerpos cuando crecen y se distinguen,
dónde van los espíritus de vida,
y las risas que escapan y se extinguen.
Dónde van los pensamientos
y las letras que nunca llegaron al papel,
dónde van las fantasías
y las palabras que olvidamos decir alguna vez.
Son fugaces destellos que florecen en secreto
y se pierden en el tiempo infinito,
para no volver a despertar
y morir después.
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