Señor, Padre Santo, Fuente de todo bien, un año más ha llegado a su fin, y ha sido una prueba más de tu amor infinito, de tu indecible Ternura y de la enorme confianza que tienes en cada uno de nosotros.
Porque podríamos haber desaparecido, pero aquí estamos, podríamos, simplemente, haber dejado de virir, como dejaron de hacerlo muchos hermanos nuestros, pero nosotros aún respiramos.
Y eso significa que, según tu manera de ver las cosas, aún tenemos algo que hacer en este mundo, que aún esperas algo de cada uno.
Gracias, porque esperas mucho más de lo que nosotros esperamos, confías más, ansías más de nuestra vida y eso nos hace levantar la mirada hacia horizontes más ampliios que los que nos habíamos decidido fijar para el rumbo de nuestra existencia.
Danos la fuerza necesaria para arrancar de nuestro corazón todo aquello que no sea conforme a tu voluntad, y permítenos agradarte durante el año que comienza.
Así podremos un día irnos de este mundo con una única satisfacción: la de haber provocado una sola de tus sonrisas.
Amen.
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1 comentario:
¿Tú escribiste la oración de la misa?
WOW!
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