El otro día en clase un alumno me hizo recordar este bello poema de Ramón López Velarde, espero lo disfruten tanto como yo.
Fuensanta:
dame todas las lágrimas del mar,
mis ojos están secos y yo sufro
unas inmensas ganas de llorar.
Yo no sé si estoy triste por el alma
de mis fieles difuntos
porque nuestros mustios corazones
nunca estarán juntos.
Hazme llorar, hermana,
y la piedad cristiana
de tu manto inconsútil
enjúgueme los llantos con que llore
el tiempo amargo de mi vida inútil.
Fuensanta:
¿tú conoces el mar?
Dicen que es menos grande y menos hondo
que el pesar.
Yo no sé ni por qué quiero llorar:
será tal vez por el pesar que escondo
tal vez por mi infinita sed de amar.
Hermana:
dame todas las lágrimas del mar...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario