Sencillamente la disfruté, no hay nada nuevo ni sorprendente, pero fue una lectura muy agradable. Comparto algunas ideas extraídas del libro:
- Lo que llamamos cultura es, en realidad, un largo proceso de selección y filtro.
- Aún leemos a Eurípides, a Sófocles, a Esquilo, y los consideramos los tres grandes poetas trágicos de la antigua Grecia. Cuando Aristóteles en su Poética, dedicada a la tragedia, cita los nombres de sus representantes más ilustres, no los menciona.
- En nuestras bibliotecas, en nuestros museos o en nuestras filmotecas solo podremos encontrar las obras que el tiempo no ha hecho (o no ha logrado hacer) desaparecer.
- No hay nada más inédito que lo que ya se ha publicado.
- Con Internet hemos vuelto a la era alfabética… el ordenador nos ha vuelto a introducir en la Galaxia Gutenberg y todos se ven de nuevo obligados a leer.
- El libro es, a fin de cuentas, un instrumento más flexible. El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se han inventado, no se puede hacer nada mejor.
- Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel. Pero seguirá siendo lo que es.
- Podemos considerar la escritura como la prolongación de la mano, y en este sentido tiene algo casi biológico. Se trata de una (p. 22) tecnología de comunicación inmediatamente vincula`a al cuerpo. Una vez más, es como haber inventado la rueda. Las ruedas de hoy siguen siendo las de la prehistoria… cine, radio, Internet, no son biológicas.
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