09 enero 2023

Sagas escandinavas



Aquellos que me conocen saben muy bien que profeso una enorme simpatía por los vikingos, pero ello no se reduce a mi amor por el fútbol americano, en verdad he aprendido mucho de la cultura escandinava últimamente. 

Se ha puesto de moda el tema gracias a las series producidas en años recientes: 


La serie “Vikings” estrenada en 2013 resultó muy popular, y no es para menos, técnicamente es impecable; si no las has visto, en verdad, no te la puedes perder. A mí me dejó impresionado el guión, más allá de caracterizaciones de personajes, me pareció muy certero el modo en que se retrata la integración entre los dioses nórdicos y el cristianismo. A los vikingos no se les venció, su cultura se asimiló con el cristianismo. 

Me puse a buscar información al respecto y me encontré con el libro de Rudolf Pörtner “Las sagas de los vikingos” publicado en 1971. Aquí me quedó claro que si bien los personajes de la serie no son del todo auténticos, los nombres y algunas de las historias narradas tienen alto grado de verosimilitud. Los personajes en cuestión existieron, aunque ni remotamente eran familia como pretenden presentar a los hijos de Ragnar Lodbrok. 




La que claramente tiene mayor apego a una fuente histórico-literaria es la serie de “Vikings Valhalla”, inspirada tanto en la Saga Groenlandesa como la Saga de Eirik el rojo, cuyos protagonistas (al menos en la primera temporada) Leif y Freydis son nombres de los hijos del legendario Eirik, el colonizados de Greenland (Groenlandia), y serían algunos de los primeros en explorar Vinland, la tierra del vino, en el norte de América. 

Aquí puedo recomendar el libro de Antón y Pedro Casariego Córdoba de editorial Siruela, donde editan y traducen las sagas de Eirik el rojo y de los groenlandeses. 




Finalmente quiero aludir a la serie “Vinland saga”, también de Netflix, pero en este caso es una animación que me tiene intrigado; basado en una historia manga publicada en 2005, esta serie de 2019 cuenta la historia de Thorfinn, un nombre que se repite en algunos personajes de las sagas. Si bien es raro escuchar a personajes nórdicos hablar en japonés, la verdad es que el retrato gráfico es verosímil, aunque los nombres de los personajes choca directamente con las referencias de la serie “Vikings”. Lo interesante de la serie animada es que Thorfinn es un personaje que parece no tener redención; el día de hoy se estrena la segunda temporada y ya se verá a cuál Thorfinn nos van a presentar y cómo logrará convertirse en un héroe legendario y digno de una Saga escandinava.


06 enero 2023

Volver a las andadas


Han pasado ya 10 años desde la última vez que escribí en este blog… es extraño; por un lado me siento viejo, muy pocas personas siguen escribiendo en blogs (que causaron alborozo en mis tiempos universitarios), por otro lado, siento que necesito expresarme, desahogar el universo acumulado en este tiempo, filtrarlo, ordenarlo, darle sentido y externarlo, sacarlo de mí, no guardar nada, exprimir hasta que quede seco…

Hubo razones, que todavía conservo, para abandonarlo, para dejar de escribir: desencantamiento, exceso de información (ruido eterno), aceleración, esta vaga sensación de que a nadie le importa realmente lo que sientes y piensas, de que no tienes nada que aportar, de que sólo repetimos lo que otros han dicho ya… hoy casi todos publican fotos, memes, comparten los lugares que visitan, lo que comen y hasta cuentan historias —y lo hacen en plataformas más atractivas, aunque igualmente pasarán de moda—… 

¿Para que agregar ruido a un universo de caos que crece sin control ni fronteras, para que retomar un blog oxidado por una década, para qué volver a las andadas?, si detesto la hipermodernidad, si me enoja la obsolescencia programada, si me molesta el capitalismo de la vigilancia, si en mis clases enseño que lo único que puede salvarnos de la vorágine velociférica de la aceleración es el encuentro con el otro, un compartir real, de relación, no de conexiones y likes… ¿para qué? 

La verdad es que no lo sé… 
pero tengo una creciente necesidad de hacerlo, como cuando tienes ganas de llorar y te reprimes sin entender por qué, necesidad de encontrar un sentido a lo que pienso y a lo que hago, de recuperar la ilusión de la juventud perdida, de sentir la libertad de expresar lo que pienso por el placer de hacerlo y no perderme en el pesimismo y la negatividad ensombrecedora. 

No sé si lograré el objetivo, si podré encontrar sentido en la actividad, si abandonaré una vez más el barco… pero no deseo arrepentirme de no haberlo intentado, de no volver a las andadas. 

Así que, amigo lector, bienvenido y gracias por compartir este tiempo de reflexión conmigo.