19 diciembre 2012
A un mes de haber perdido el celular... puedo decir con certeza que el celular no es una necesidad. Es, como ha sido siempre, una falsa necesidad.
Regresé a la tarjeta de celular, aunque sólo haya teléfonos afuera de los baños de Sanborns y en algunas esquinas de la ciudad. Llegué a pensar que la herramienta se había vuelto ya esencial en la vida del ser humano, pero aún rechazo la idea, lo he vivido.
El celular es una extraordinaria herramienta (y cuando las compañías puedan ponerse de acuerdo con los papeles volveré a tener un smartphone), el día que me robaron el celular iba a hacer una transmisión en vivo de una novillada por Internet con su ayuda, pero no es vital ni esencial en nuestras vidad. Tal vez son las propias compañías de teléfono las que no han hecho creerlo.
10 diciembre 2012
03 octubre 2012
28 julio 2012
Fragmento de “Expulsión de la bestia triunfante” de Giordano Bruno
Aquí Giordano habla de un lenguaje común, nombra
los nombres libremente, […] llama al pan pan, al vino vino, a la cabeza cabeza,
al pie pie, a otras partes por su
nombre propio, llama comer al comer, dormir al dormir, beber al beber […]
Mantiene milagros como milagros, prodigios y maravillas como prodigios y
maravillas, verdad como verdad, doctrina como doctrina, bondad y virtud como
bondad y virtud, imposturas como imposturas, decepciones como decepciones,
cuchillo y fuego como cuchillo y fuego, palabras y sueños como palabras y
sueños, paz como paz, amor como amor. Considera a los filósofos como filósofos,
a los pedantes como pedantes, a los monjes como monjes, a los ministros como
ministros, a los predicadores como predicadores, a los chupasangres como
chupasangres, a los tarambanas, saltimbanquis, charlatanes, frívolos,
pendencieros, actores y loros tal como se los llama, muestra lo que son:
trabajadores, benefactores, sabios y héroes como ellos mismos.
19 junio 2012
Un hombre ridículo (Fedor Dostoyewsky)
Fragmentos extraídos de “Un hombre ridículo” de Fedor
Dostoyewsky
V
Aprendieron a mentir y se complacieron en la
mentira y saborearon la belleza de la mentira. Acaso comenzara todo ello muy
inocentemente, por simple entretenimiento, por coquetería, como una especie de
juego divertido y quizá efectivamente por medio de algún átomo, pero este átomo
de mentira se filtró en su corazón y les pareció amable. Poco después nació la
voluptuosidad; la voluptuosidad engendró los celos; los celos, la crueldad,… No
sé… no me acuerdo bien… pero en seguida, muy pronto, saltó la sangre con la
primera salpicadura; quedaron asombrados, aterrados, comenzaron a alejarse los
unos de los otros, a separarse. Se formaron alianzas, pero, al presente,
dirigidas las unas contra las otras. Se oyeron reproches y censuras. Conocieron
lo que es la vergüenza y de la vergüenza hicieron una virtud.
Conocieron la tristeza y amaron la tristeza y
amaron la tristeza; aspiraron al sufrimiento y dijeron que la verdad no se
adquiere más que por el sufrimiento. Y la ciencia hizo su aparición entre
ellos.
Monumento a Dostoyewsky
28 marzo 2012
Las historias que no se cuentan
"Una historia debe contarse o no habría historia; sin embargo son las historias que no se cuentan las más conmovedoras [...] produce la súbita sensación de infinitas historias que no han sido contadas: montañas vistas a lo lejos que no han de escalarse nunca, árboles lejanos que jamás han de visitarse; si se los visita se convierten en "árboles cercanos" - JRR Tolkien
A esta reflexión me llevó la visita a la exposición "La alteridad en el espejo" del artista sueco Johan Falkman que se acaba de estrenar en San Ildefonso.
En la obra sólo hay retratos, pero cada uno de ellos está cargado, según palabras del mismo autor, de una historia. Fueron los retratos sobre los que no contó su historia, como el que aquí presento, los que más me gustaron, precisamente, porque son lejanos.
A esta reflexión me llevó la visita a la exposición "La alteridad en el espejo" del artista sueco Johan Falkman que se acaba de estrenar en San Ildefonso.
En la obra sólo hay retratos, pero cada uno de ellos está cargado, según palabras del mismo autor, de una historia. Fueron los retratos sobre los que no contó su historia, como el que aquí presento, los que más me gustaron, precisamente, porque son lejanos.
04 enero 2012
Edgar Allan Poe y Howard Lovecraft
Terminé de leer una antología de cuentos de Lovecraft y, aunque no encontré ninguna referencia a Edgar Allan Poe, estoy convencido de que éste influyó mucho en él.
No soy fan, ni mucho menos, de las historias de terror, es más, odio las películas de terror por todos los efectos que produce: sudoración, aceleración del ritmo cardiaco, susto / espanto, estrés, angustia... pero leer historias de terror es distinto, aunque la narrativa de Lovecraft y Poe se acerca más al suspenso que al terror.
Sólo quiero establecer una comparación entre estos dos autores por tres simples coincidencias:
1. Ambos nacieron en el noreste de Estados Unidos (Lovecraft en Rhode Island y Poe en Massachusetts).
2. Ambos nacieron en el siglo XIX (Poe 1809-1849 y Lovecraft 1890-1937) y murieron jóvenes (40 y 46 años respectivamente).
3. Obviamente ambos son escritores de renombre con temas macabros.
No soy fan, ni mucho menos, de las historias de terror, es más, odio las películas de terror por todos los efectos que produce: sudoración, aceleración del ritmo cardiaco, susto / espanto, estrés, angustia... pero leer historias de terror es distinto, aunque la narrativa de Lovecraft y Poe se acerca más al suspenso que al terror.
Sólo quiero establecer una comparación entre estos dos autores por tres simples coincidencias:
Edgar Allan Poe |
Howard Lovecraft |
1. Ambos nacieron en el noreste de Estados Unidos (Lovecraft en Rhode Island y Poe en Massachusetts).
2. Ambos nacieron en el siglo XIX (Poe 1809-1849 y Lovecraft 1890-1937) y murieron jóvenes (40 y 46 años respectivamente).
3. Obviamente ambos son escritores de renombre con temas macabros.
¿Podría ser Lovecraft la reencarnación de Poe?
03 enero 2012
Nadie acabará con los libros
Me resultó muy agradable la lectura de "Nadie acabará con los libros", una entrevista a Umberto Eco y Jean-Claude Carrière ilustrada por André Kertész y editada por Lumen.
Sencillamente la disfruté, no hay nada nuevo ni sorprendente, pero fue una lectura muy agradable. Comparto algunas ideas extraídas del libro:
- Lo que llamamos cultura es, en realidad, un largo proceso de selección y filtro.
- Aún leemos a Eurípides, a Sófocles, a Esquilo, y los consideramos los tres grandes poetas trágicos de la antigua Grecia. Cuando Aristóteles en su Poética, dedicada a la tragedia, cita los nombres de sus representantes más ilustres, no los menciona.
- En nuestras bibliotecas, en nuestros museos o en nuestras filmotecas solo podremos encontrar las obras que el tiempo no ha hecho (o no ha logrado hacer) desaparecer.
- No hay nada más inédito que lo que ya se ha publicado.
Sencillamente la disfruté, no hay nada nuevo ni sorprendente, pero fue una lectura muy agradable. Comparto algunas ideas extraídas del libro:
- Lo que llamamos cultura es, en realidad, un largo proceso de selección y filtro.
- Aún leemos a Eurípides, a Sófocles, a Esquilo, y los consideramos los tres grandes poetas trágicos de la antigua Grecia. Cuando Aristóteles en su Poética, dedicada a la tragedia, cita los nombres de sus representantes más ilustres, no los menciona.
- En nuestras bibliotecas, en nuestros museos o en nuestras filmotecas solo podremos encontrar las obras que el tiempo no ha hecho (o no ha logrado hacer) desaparecer.
- No hay nada más inédito que lo que ya se ha publicado.
- Con Internet hemos vuelto a la era alfabética… el ordenador nos ha vuelto a introducir en la Galaxia Gutenberg y todos se ven de nuevo obligados a leer.
- El libro es, a fin de cuentas, un instrumento más flexible. El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se han inventado, no se puede hacer nada mejor.
- Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel. Pero seguirá siendo lo que es.
- Podemos considerar la escritura como la prolongación de la mano, y en este sentido tiene algo casi biológico. Se trata de una (p. 22) tecnología de comunicación inmediatamente vincula`a al cuerpo. Una vez más, es como haber inventado la rueda. Las ruedas de hoy siguen siendo las de la prehistoria… cine, radio, Internet, no son biológicas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)